La naturaleza es una fuente infinita para el uso cosmético. Las plantas —según se preparen o manipulen para extraer sus componentes— a través de sus flores, hojas, frutos y raíces aportan infinitos beneficios a la belleza
Cuando se habla de las propiedades de las plantas, se menciona que poseen características antioxidantes, hidratantes, astringentes o relajantes si son utilizadas en el cuerpo humano. El conocimiento popular de esas propiedades suele tener origen en tradiciones culturales a lo largo de generaciones y, en algunos casos, dichas virtudes, están respaldadas por estudios científicos.
Sin embargo, es necesario advertir que el uso de las plantas para realzar la belleza puede ocasionar efectos secundarios, por ello es importante no abusar de las mismas y en caso de que generen reacciones alérgicas, lo pertinente es detener su uso y consultar a un especialista.
Del follaje a la piel
La infusión y la cocción en agua son los métodos por excelencia para obtener los nutrientes de hojas y flores en tratamientos de belleza.
Al hacer una infusión se debe introducir las partes de la planta en agua caliente sin que llegue a hervir. Se espera de 5 a 10 minutos —según el tipo de planta— y luego se cuela o tamiza.
En la cocción se hierven en conjunto el agua y el vegetal. El tiempo en el fuego dependerá de la densidad del líquido que se desee obtener.
Sábila
Una planta de hoja suculenta y de amplio uso es la sábila o aloe. Tiene la capacidad de conservar el agua de lluvia y su característica principal es la contextura gelatinosa del interior de sus hojas.
Para aprovechar sus bondades se recomienda extraer el gel —conocido como cristal de Sábila— luego de que la planta ha alcanzado tres años de vida. Un proceso fácil es cortar una penca u hoja, eliminar la corteza verde y frotar la pulpa cristalina sobre la piel. Esto tiene efectos regenerativos y antiinflamatorios.
Cuando se han sufrido quemaduras por efectos de los rayos solares, el aloe es un excelente regenerador de la epidermis por las glicoproteínas y la alantoína que contiene.
Romero
Algunas plantas herbáceas están más asociadas a la cocina que a la belleza. El romero, común en recetas gastronómicas, ha sido recomendado desde épocas antiguas para el cuidado del cabello. Aporta brillo a las cabelleras oscuras y ayuda a combatir la caspa al aplicar infusiones de sus hojas después del champú.
El agua de romero —producto de la cocción de sus flores y hojas— sirve como tonificador para pieles normales y astringente para pieles grasosas.
Para las personas que sufren irritación por el material de algún zarcillo, un buen remedio casero es colocar una hojita de romero en el agujero de la oreja hasta que desaparezca la alergia.
Tomillo
Tiene propiedades antisépticas. Al hervir las hojas —ya sean frescas o secas—, se obtiene una solución antiséptica contra el acné, especialmente si hay infección o lesiones supurativas. También puede ser usado como tónico humectante en el área del cuello.
Llantén
Tal vez, por su capacidad desinflamatoria, es una de las plantas más nombradas en las recetas de las abuelas como cura a varios males; afortunadamente, en Venezuela crece fácilmente sin necesidad de ser cultivado.
Su uso es más artesanal que industrial. Al cocinar sus hojas, se pueden hacer compresas para ojos cansados o irritados por largos períodos de sueño o de insomnio, así como aliviar la inflamación de los senos e irritación de los pezones cuando una mujer está amamantando.
Berro
Más habitual en ensaladas que en tratamientos cosméticos. Sus semillas, por ejemplo, activan la circulación sanguínea de la cara y sus flores blancas y pequeñas pueden ser empleadas como mascarilla en pieles normales.
Aunque no ha sido comprobado científicamente, se le atribuye la capacidad de evitar la caída del cabello si se prepara un jugo de berro y se frota en el cuero cabelludo.
Albahaca
Una de las plantas de uso casero más aromáticas es la albahaca. Ese olor característico proviene de componentes como meticavicol, linalol, cineol y eugenol, los cuales le otorgan propiedades analgésicas y antisépticas.
Un jugo de albahaca mezclado con jugo de menta, es excelente para eliminar espinillas. Una infusión de albahaca puede ser utilizada como loción tonificante para el cabello.
Menta
Existen varios tipos de menta, la más común y recomendada para el cuidado del cuerpo es la menta sativa o hierbabuena. Tiene propiedades tónicas cuando es usada como acondicionador capilar para combatir la caspa. Con sus hojas se hacen limpiadores para el cuerpo, por ello existe una gran cantidad de productos en el mercado que la utilizan como base de baños aromáticos.
Salvia
Si se quiere obtener una sonrisa reluciente, esta planta sirve como blanqueador de los dientes. La receta es hacer una pasta con dos cucharadas de hojas frescas de salvia y 2 cucharadas de sal marina. Ambas se trituran y colocan en el horno hasta que se sequen. Luego se frotan los dientes con un cepillo y una pequeña porción de la mezcla.
Más que pétalos
Manzanilla
El refrán "amarillo es lo que luce y verde nace donde quiera" pareciera ser perfecto para la manzanilla o camomila, pues esta planta produce unas pequeñas flores amarillas con alto contenido de flavonoides que tienen propiedades antiinflamatorias, antiespasmódicas y ansiolíticas.
El agua de manzanilla, producida al hervir sus flores, funciona como descongestionante y suavizante para pieles secas y sensibles. La fórmula es hacer una infusión y enfriarla, luego empapar una gasa, algodón o una toalla pequeña y colocarla en zonas de la piel enrojecidas o irritadas. Poner durante 5 minutos y antes de dormir, compresas de manzanilla sobre los párpados de los ojos alivian el cansancio.
Antiguamente era común usar la infusión de manzanilla como enjuague para cabellos rubios. Se dice que su aplicación incrementa el color dorado. Tal vez por esa razón en la actualidad muchos productos para el cabello tienen como base extractos de la flor de camomila.
Tilo
Al igual que la menta y la manzanilla posee propiedades relajantes. Lo que más se usa de la planta de tilo son las inflorescencias, las cuales contienen mucílago, un componente que actúa como emoliente.
Si en un litro de agua se hierve durante 30 minutos, 100 gramos de inflorescencias de tilo, se obtiene una infusión excelente para baños relajantes. Asimismo, el vapor de este líquido es recomendado para la limpieza del cutis.
Rosas
Por su aroma, la esencia de rosas es un compuesto base en la elaboración de perfumes. La infusión de los pétalos es lo que se conoce como agua de rosas. Luego de hacer una limpieza de cutis, o aplicar una mascarilla, es refrescante eliminar los residuos con un algodón impregnado con agua de rosas. En pieles normales o grasosas se recomienda usarla como limpiador.
Semilla y frutos
Avena
Es una gramínea y existen más de 2.000 especies. Podría ser llamada el componente natural de moda en productos de belleza, pues su uso es habitual en jabones y extractos para el cuidado de la piel (sirve para todo tipo). Contiene sales minerales como hierro, calcio, magnesio y fósforo. Es rica en vitaminas A, B1 y B2. Aunque en menor cantidad, también posee vitaminas D y E, reconocidas por sus propiedades antioxidantes.
A la avena se le confiere propiedades hidratantes y suavizantes. En harina u hojuelas sirve para elaborar cremas o mascarillas. Una forma, es añadir dos cucharadas de harina de avena a una taza de agua templada y hacer con ello una pasta para el rostro.
Pepino
No por azar gran cantidad de fotos para temas de belleza muestran rostros con rodajas de pepinos en el lugar de los ojos. En civilizaciones antiguas ya eran conocidos los beneficios del pepino para la piel, por ser uno de los vegetales con más contenido acuoso, rico en vitamina E y aceites naturales.
El pepino suaviza y rehidrata, por ello resulta muy adecuado en tratamientos contra quemaduras de la piel por abuso de los rayos del sol. Si se toma la pulpa de dos pepinos y se licua, la mezcla obtenida puede ser extendida por las zonas enrojecidas durante media hora o 45 minutos. El alivio es inmediato y la hidratación que ejerce reduce la posibilidad de ampollas.
Mascarillas de la pulpa aplicadas al cutis y rodajas frescas sobre los ojos, son tratamientos humectantes y revitalizadores.
Limón
El zumo es un ingrediente común en preparados cosméticos. No debe ser aplicado directamente a la piel, pues la exposición directa al sol ocasiona en pocas horas manchas difíciles de eliminar.
Es un gran astringente por su alto contenido de vitamina C y ácido cítrico. Se recomienda —mezclado con otros productos— para pieles normales y grasientas y como tónico para pieles normales.
Una pequeña cantidad de zumo de limón en barros o espinillas ayuda a eliminarlos rápidamente. Para limpiar el cutis se recomienda unir gotas de limón con miel caliente y yogur, extenderlos por no más de 45 minutos y luego lavar con abundante agua.
Las manchas de nicotina en los dedos de las manos, pueden ser eliminadas con este cítrico. Se mezcla el jugo de medio limón con un poco de azúcar, se frota en las uñas y dedos y luego se quita con agua.
Tomate
El color rojo característico del tomate se lo da el licopeno, un pigmento que actúa en el cuerpo humano como antioxidante. Este fruto contiene vitaminas B1, B2, B5 y C, potasio y magnesio. Ayuda a eliminar los puntos negros en el rostro cuando se emplea como mascarillas en pieles secas y como tónico cuando la piel es normal.
Zanahoria
Es una raíz rica en caroteno, vitaminas A, C y K, potasio y ácido fólico. Está recomendada para tratamientos de piel seca, desvitalizada y que ha perdido elasticidad. La zanahoria rallada y mezclada con aceite de girasol retarda la aparición de arrugas, en especial las patas de gallo en los ojos.
Comer zanahoria unos días antes de tomar el sol, ayuda a proteger la epidermis. Promueve la formación de melanina (elemento responsable de la pigmentación de la piel) por ello es un componente muy usado en bronceadores.
Trabajar con partes de las plantas, como terapia de belleza en el hogar, supone tiempo de dedicación. Por esta razón lo más recomendable es hacerlo con calma y de forma relajada, para así potenciar los beneficios que aporta el reino vegetal.
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